KONY Nutrición
domingo 30 de abril de 2017
ENTRENAR PARA ESTRENAR

¡Keep Calm and respira profundo! ejercitar la respiración, una costumbre saludable


Podemos pasar varios días sin comer, beber o dormir. Pero no sin respirar. Respirar es mucho más que llevar oxígeno a los pulmones y eliminar dióxido de carbono. La inhalación o inspiración, oxigena cada célula de nuestro cuerpo. La exhalación o expiración, ayuda al drenaje linfático y desintoxica al organismo. La respiración es nuestra primera fuente de energía: aumenta nuestra vitalidad física, psíquica y espiritual y nos ayuda a restablecer el equilibrio emocional.


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El estrés produce una gran activación y desgaste del organismo. Una respiración adecuada nos ayuda a disminuir dicha activación, a recobrar el equilibrio y a manejar nuestras emociones. Cuando utilizamos la respiración como forma de relajación y sobre todo en casos de ansiedad es importante  practicar, así no tendrás tanta dificultad para controlar la respiración en momentos difíciles de estrés, pánico y nerviosismo.
 
Existen 3 técnicas muy utilizadas para realizar ejercicios de respiración:
 

El suspiro 


Se respira normalmente, pero al exhalar el aire la persona emite un sonido de alivio. Se puede repetir unas 10 veces. Con este sencillo procedimiento se experimenta una enorme relajación.
 

La respiración abdominal


Consiste en colocar la mano derecha nuevamente en el plexo solar. Al expirar, se debe estar pendiente de cómo la mano se hunde, y percibir que el aire fluye directamente hacia los pulmones. Se puede visualizar una bolsa vacía dentro del abdomen que se hincha, se vacía y se vuelve a llenar. Es preciso estar durante unos minutos tranquilamente observando la respiración.
 

La respiración completa


Se inhala aire hasta que se hinche el abdomen y justo a continuación se expandirá la caja torácica. Durante unos segundos se sigue respirando mientras se elevan los hombros. Se continúa tomando aire con tranquilidad hasta llegar al límite de la capacidad de cada cual. Finalmente, se expulsa el aire, siguiendo el orden contrario, o sea que primero se bajan los hombros, y a continuación se afloja el pecho y después el abdomen. Se puede repetir el proceso una y otra vez hasta experimentar tranquilidad. La respiración completa tiene una utilidad mayor si se combina con pequeños métodos de meditación. Por ejemplo, al expirar, cada uno puede imaginar que los elementos negativos del cuerpo salen al exterior. Al inspirar después, se intentará pensar en que el cuerpo se llena de energía y tranquilidad.
 
Cualquiera de estas pueden ser útiles, todo depende de cuál elijamos y nos sea la más cómoda para desarrollar. De todas maneras, te recomendamos realizar los siguientes pasos para empezar a practicar, ya que la más utilizada es la respiración abdominal:
 

Para empezar...


Es necesario  prepararse y tener en cuenta distintos factores que nos ayuden a que la práctica sea adecuada.
 
Piensa que es un momento solo para ti, cuyos beneficios vas a compartir con los demás, te mereces un momento de tranquilidad, paz y bienestar, elige un lugar cómodo, tu postura debe ser relajada, pero si estás parado o sentado, mantén tu espalda recta, si puedes, controla la luz, pon música, prende una vela o incienso o simplemente imagina que estás en un lugar agradable, intenta llevar ropa cómoda no demasiado ajustada, procura que no haya interrupciones, si en cualquiera de los ejercicios notas una sensación de ahogo o mareo, respira normalmente, no te fuerces.

Comencemos por una respiración estando de pie.

Coloca una mano sobre el pecho y la otra sobre el estómago. Respira como lo haces normalmente. Observa el movimiento de tus manos. ¿Se mueve una sola? ¿Las dos?¿Cuál de ellas se mueve primero? Si la primera en moverse es la del pecho, estás respirando superficialmente. Es una respiración pectoral, que no limpia, oxigena, ni purifica adecuadamente.

Si la mano que se mueve primero es la que tienes sobre el estómago, estas respirando adecuadamente. Es lo que se conoce como respiración diafragmática. Permite que el aire entre lentamente por la nariz. Haz una pequeña pausa y déjalo salir, aún más lentamente, también por la nariz. Con la práctica, este tipo de respiración se vuelve automática. Trata de que la exhalación dure el doble de tiempo que la inhalación. Es importante tomar en cuenta la postura. Cuando los hombros no están erguidos y rectos, se reduce el volumen de la caja torácica. Compruébalo constantemente, perono te angusties ni te regañes por tus errores. En un principio puede ser un poco difícil. No olvides que estamos aprendiendo a relajarnos. Recuerda que la respiración profunda, relajante y estabilizadora, es diferente de la que llevamos a cabo después de haber hecho ejercicio intenso. En estos casos se respira primero con el pecho, para llevar una mayor cantidad de oxigeno rápidamente.
 

Ahora, probemos aplicar la técnica, pero en posición horizontal:


 • Para concentrarnos totalmente nos colocaremos con la espalda apoyada en el suelo, rodillas dobladas y separadas unos 20 cm.
 
• Toda la columna debe estar en contacto con el suelo. No debemos notar signos de tensión en el cuerpo. 

• Colocaremos una mano sobre el tórax y otra sobre la parte baja del abdomen. 

• Realizaremos unos suspiros voluntarios para predisponernos a un estado de relajación y concentración.
 
• Tomamos aire por la nariz y lo dirigimos a la parte más baja del tórax, notando como se separan las últimas costillas y se hincha el abdomen. Retenemos el aire 3 segundos, y comenzamos a soltarlo por la boca con los labios levemente cerrados, como si sopláramos suavemente. 

• Repetimos, a nuestro ritmo y con tranquilidad, varios ciclos respiratorios durante un tiempo de unos 5-10 minutos. Si notamos sensación de ahogo o mareo, hay que adecuar la frecuencia respiratoria. Observar la propia respiración, sentir el propio ritmo e intervenir en ello, constituye el camino obligado para aliviar el estrés y tensiones, cambiar el humor, concentrarse mejor, dormir más y reducir la incidencia de las enfermedades y malos hábitos.

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