Su realización es muy parecida a la del brownie común, sólo que este lleva menos manteca y menos huevos para equilibrar la grasa del chocolate blanco. Aunque este postre sea integral y sin azúcar, el chocolate blanco es grasoso así que hay que respetar muy bien las raciones.
Para este postre necesitás:
• 180gr de chocolate blanco sin azúcar
• 180gr de manteca light
• 120gr de harina integral
• 2 huevos
• 20gr de KONY stevia en polvo
• Una cucharadita de esencia de vainilla
• Una pizca de sal
• Nueces (c/n)
¡A cocinar!
En una olla a fuego medio-bajo, fundí la manteca con el chocolate.
Si no querés que se te queme el chocolate, podés hacerlo a baño maría sin parar de remover: primero fundí la manteca y luego agregás el chocolate. Lo hacemos a un lado y dejamos que se atemple.
En un bowl, batí los huevos junto con
KONY stevia, la vainilla y una pizca de sal. Agregale la mezcla de chocolate y manteca bien de a poco y seguí batiendo hasta que quede bien incorporado. Es importante que la mezcla de la manteca y el chocolate esté bien fresca para que no se cocinen los huevos.
A esa mezcla agregale la harina tamizada para que no se formen grumos. El resultado va a ser una masa bastante líquida. Si querés, le podés agregar nueces picadas.
Con un poco de manteca, engrasá un molde cuadrado y vertí la mezcla. Ahora, sólo queda hornear unos 30-40 minutos a 180°. Si te gusta el brownie más esponjoso, 30 minutos. Si te gusta más sequito, 35 o 40 minutos. Cuando estén en el punto que más te guste, lo desmoldás y lo cortás en cuadraditos.
¡Voilà!